¿Cómo comunicar desde el territorio de manera efectiva?
- Pedro Vega
- 25 sept
- 5 Min. de lectura
Comunicar desde los territorios no es solo transmitir información: es escuchar, co-crear y amplificar voces locales.
En un mundo donde la desinformación puede alcanzar a tantas personas como una noticia viral, una comunicación territorial efectiva, verificada y auténtica es clave para dar legitimidad y sostenibilidad a los proyectos ambientales y sociales.
Como señala la UNESCO, más del 80% de la biodiversidad del planeta se encuentra en territorios indígenas y comunitarios. Esto demuestra que para proteger la naturaleza, debemos también comunicar junto a quienes la protegen desde sus hogares.
Aquí te compartimos 6 consejos útiles a la hora de comunicar desde el territorio.
1. Contar con un punto focal o mediador
La entrada a un territorio empieza por la confianza. Siempre se debe contactar a una persona mediadora o punto focal que apoye y posibilite el acceso del equipo de comunicación a espacios de diálogo y socialización de forma respetuosa y apropiada a nivel social y cultural.
Este rol es clave para que la comunidad participe y que los mensajes que se construyan tengan su validación.
2. Diseñar una estrategia basada en diagnóstico
Antes de plantear una estrategia de comunicación, contenidos y mensajes, es vital realizar primero un diagnóstico del contexto en el que se desempeñan los actores clave dentro y fuera de la comunidad - conocer sus desafíos, preocupaciones y expectativas de las acciones de comunicación.
Una vez que se cuenta con dichos insights, se puede proceder a plantear una estrategia de comunicación que responda a estos puntos:
¿Cuáles son los intereses, motivaciones, desafíos y preocupaciones reales de la comunidad y cómo debo responder a los mismos desde mi estrategia?
¿Quiénes son los actores clave a los que debo llegar?
¿Cuál es el tono adecuado para plantear mis mensajes?
¿Qué temas sensibles deben evitarse?
¿Cuáles son los canales adecuados para alcanzar a mis públicos dentro y fuera del territorio?
¿Qué implicaciones éticas y legales debo tener en cuenta?
¿Cuál es la manera adecuada de conseguir el consentimiento informado de miembros de la comunidad, en caso de requerirse?
Un diagnóstico claro permite que la campaña tenga más impacto. Como señala Harvard Business Review, los mensajes más efectivos son los que responden a las motivaciones reales de la audiencia.
🐸💡 Para conocer cómo plantear una estrategia de comunicación efectiva, revisa nuestro artículo 5 claves para mejorar tu comunicación sobre temas medioambientales.
3. Diversificar las voces
La comunicación territorial no puede centrarse únicamente en la voz del poder, como la de las y los líderes de la comunidad, sino que debe reflejar también la diversidad real del territorio.
Incluir las perspectivas de mujeres, hombres, niños, jóvenes y personas mayores y/o discapacitadas no solo evita sesgos en la información y el enfoque de una campaña o los contenidos, sino que enriquece la narrativa al mostrar la pluralidad de experiencias que conviven en una comunidad, evitando reforzar estereotipos que pueden ser dañinos, y una sobresimplificación de las visiones que componen a la misma.
Este enfoque aporta legitimidad y profundidad al mensaje y, sobre todo, asegura que se realice la difusión de mensajes desde una perspectiva de inclusión, clave para que las campañas sean sostenibles, representen de mejor forma la realidad de la comunidad y evite efectos no deseados como excluir las necesidades de los grupos más vulnerables dentro del territorio.
4. Familiarizarse con la cultura local
Para comunicar desde los territorios, hay que conocer su cultura, símbolos y dinámicas cotidianas dentro y fuera de la comunidad. Idealmente, el equipo debería pasar algunos días en el territorio, para que los mensajes reflejen respeto y pertinencia cultural.
Algunos consejos prácticos para hacerlo de forma respetuosa son:
Participar en actividades comunitarias (mingas, ferias, celebraciones locales), no solo como observadores, sino como parte del proceso.
Investigar previamente la historia, costumbres y símbolos culturales del territorio para llegar con sensibilidad e información básica.
Practicar la escucha activa, permitiendo que las personas expliquen sus realidades en sus propios términos, sin imponer interpretaciones externas.
Respetar los tiempos y ritmos comunitarios, que pueden diferir de la lógica institucional o urbana.
Ser cuidadosos con la documentación visual (fotos, videos, grabaciones), siempre pidiendo permiso y explicando el propósito del material. Y, de ser posible, pidiendo de forma respetuosa la firma de un permiso de uso de imagen, habiendo explicado claramente su objetivo y utilidad.
Este acercamiento no solo enriquece el mensaje, sino que fortalece los vínculos de confianza y asegura que la comunicación sea legítima y culturalmente coherente.
5. Validar con la comunidad
Toda pieza comunicacional debe ser revisada y aprobada por el punto de contacto comunitario o mediador antes de difundirse. Además, es recomendable, de ser posible, realizar focus groups o entrevistas que permitan una validación más efectiva de los contenidos.
El objetivo principal de este punto es no solo asegurar la pertinencia, también es salvaguardar la confianza construida con los miembros de la comunidad, y obtener comentarios y consultas que nos permitan evaluar y ajustar los mensajes y diseños.
6. Evalúa tus resultados
Una comunicación efectiva incluye un modelo de evaluación posterior a la ejecución de las acciones de comunicación:
¿Qué funcionó?
¿Qué no funcionó?
¿Qué se puede mejorar?
Asegúrate de que tu evaluación cuente con KPI (indicadores clave de desempeño) específicos y que respondan a tus objetivos iniciales de comunicación.
7. Ten un plan de contingencia para malentendidos, crisis o desacuerdos
Finalmente, siempre es clave tener un plan de contingencia en caso de malentendidos, crisis o desacuerdos dentro y fuera de la comunidad.
Un plan de contingencia consiste en anticipar posibles escenarios negativos y preparar con antelación las respuestas, responsables y recursos necesarios para reducir el impacto de una situación adversa. En el caso de la comunicación territorial, esto ayuda a proteger tanto a la comunidad como a la organización.
Para plantearlo, es útil:
Identificar los riesgos potenciales: ofensas culturales, interpretaciones erróneas, conflictos entre actores, daños a la reputación.
Definir protocolos claros: cómo responder, quién habla en nombre de la organización, qué pasos seguir.
Designar responsables: establecer un equipo o persona que lidere la gestión de crisis.
Tener mensajes preparados: redactar comunicados base para aclarar información de forma rápida y respetuosa.
Evaluar y ajustar: después de cada situación, revisar qué funcionó y qué se puede mejorar.
Este enfoque no busca generar temor, sino dar seguridad y confianza de que, si algo inesperado ocurre, habrá una respuesta adecuada y respetuosa con todos los actores involucrados.
Conclusiones
Comunicar desde el territorio se trata de sembrar confianza y construir historias colectivas. Es entender que el verdadero impacto no se mide solo en métricas digitales, sino en la capacidad de fortalecer y apoyar el empoderamiento de las comunidades que trabajan desde su territorio para proteger el ambiente.
En Fibios acompañamos a organizaciones, comunidades y proyectos ambientales a contar sus historias con legitimidad y propósito.
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