5 claves para mejorar tu comunicación sobre temas medioambientales

¿Eres parte de una ONG ambiental y/o estás actuando para salvar el planeta pero tus acciones por la naturaleza pasan desapercibidas?

No importa cuántas veces publiques en redes, intentes generar consciencia o hagas un llamado a las personas para unirse a tu causa ambiental o hacer una donación, ¡nada parece llamar su atención!

El problema no es que tu causa sea irrelevante, o que tus acciones no sean lo suficientemente impresionantes. La falta de alcance, interacciones y acciones en tus redes sociales, o la falta de voluntarios y donaciones se deben a que no estás aplicando las tácticas más adecuadas para llegar a tu audiencia ideal.

Es por eso, que aquí te dejamos 5 claves para mejorar tus acciones de comunicación y que tus contenidos lleguen a aquellos que más desean ver tu trabajo y, por consiguiente, tengan el impacto que tu causa necesita.

Las 5 claves para mejorar tus acciones de comunicación son:

1. Definir objetivos de comunicación específicos

2. Plantear una estrategia de comunicación que guíe tus pasos

3. Conocer a tu público objetivo

4. Plantear un mensaje que resuene con tu público objetivo

5. Elegir los canales de comunicación adecuados

   
   

1. Define objetivos de comunicación específicos

El primer paso antes de crear tu contenido, es tener un objetivo de comunicación claro, que debe responder a un problema ambiental y debe aportar a solucionar dicho problema.

Esta es la metodología para llegar a tu objetivo de comunicación:

a. Conoce el problema -> b. Define la solución -> c. Plantear el objetivo de comunicación

a. Conocer el problema

Si no conoces a profundidad cuál es el desafío ambiental que debes afrontar con tus acciones de comunicación, te arriesgas a que tus mensajes carezcan de profundidad y no aporten a una solución real.

Primero enfócate en identificar cuál es el problema por resolver. Por ejemplo, deseas reducir el uso de mercurio entre los mineros artesanales de la Amazonía, debes primero investigar el contexto en el que viven, cuáles son sus desafíos, los actores involucrados en la problemática, y las consecuencias ambientales, entre otros factores relevantes.

Una vez que tengas un conocimiento profundo del problema, puedes identificar el desafío que deseas abordar con acciones de comunicación. Por ejemplo, en el mismo caso de los mineros, a partir de tu diagnóstico, podrías identificar un vacío de consciencia acerca de los efectos negativos del mercurio sobre la salud de sus comunidades y las fuentes de agua. Una vez identificado este problema (falta de consciencia), ya estás más cerca de definir una solución.

b. Definir la solución

El siguiente paso tras conocer el problema que deseamos abordar, es plantear una solución. En este caso, es pertinente buscar apoyo en los técnicos y expertos de tu organización, o académicos externos que te ayuden a identificar el mejor enfoque y los datos clave que te permitan plantear una solución viable y científicamente acertada.

En nuestro ejemplo de la falta de conocimiento acerca de las consecuencias del uso del mercurio, una posible solución es acudir a los líderes de la comunidad, generar alianzas con actores clave y realizar actividades educativas comunitarias en las comunidades para generar consciencia acerca de las consecuencias del uso del mercurio cerca de las fuentes de agua para extraer oro.

c. Plantear objetivo de comunicación que aporte a dicha solución

Una vez que entendemos el problema y planteemos la solución más adecuada, podemos plantear un objetivo SMART, que sea específico (specific), medible (measurable), alcanzable (achievable), relevante (relevant) y tenga un plazo definido (time-bound).

En lugar de solo decir "hacer un taller educativo", un objetivo SMART es mucho más profundo y sirve como el punto de partida para plantear una estrategia.

Un ejemplo de objetivo SMART es:

Realizar una serie de 3 talleres educativos para generar consciencia sobre las consecuencias para la salud y el medio ambiente de uso del mercurio en la minería artesanal, con actividades lúdicas y dinámicas para toda la familia (específico). El taller debe contar con la participación de al menos el 25% de los miembros de la comunidad, principalmente mujeres, hombres, jóvenes y niños (medible y alcanzable) y generar consciencia de forma comprobable a través de encuestas pre y post taller (medible y relevante), en un plazo de 2 fines de semana.

2. Plantea una estrategia de comunicación que guíe tus pasos 

   
   

La estrategia de comunicación es el fundamento que guía toda acción de comunicación. Define el qué, cómo, cuándo, dónde y por qué de todos los mensajes que transmites, los contenidos que creas e incluso los canales de comunicación que seleccionas.

⚠️ Sin una estrategia clara, podrías estar desperdiciando tus esfuerzos y fondos en mensajes y contenidos que no te darán los resultados que tu causa merece.

Por eso, a partir de tu objetivo de comunicación, plantea una estrategia de comunicación general (o para una campaña de comunicación en particular) que te guíe paso a paso. Para esto, utiliza esta estructura:

Estructura para estrategia de comunicación:

• Antecedentes

• Diagnóstico del problema

• Objetivo/s de comunicación

• Públicos objetivos

• Fases de comunicación/campaña

• Tácticas de alcance:

  • Canales de comunicación

• Contenidos:

  • Ejes temáticos

  • Ideas fuerza y mensajes clave

  • Concepto creativo y visual

  • Tipos de contenido y formatos

• Llamados a la acción

• Resultados:

  • Análisis y métricas

    
    

3. Conoce a tu público objetivo

Determinar quién es tu público objetivo implica conocer los clásicos datos demográficos como edad, género, ubicación geográfica, perfil socioeconómico, profesión, entre otras características.

Pero para plantear ideas fuerza y mensajes clave que se conecten con tu audiencia, primero debes:

a. Definir a quién le estás hablando (un costumer persona)

b. Procurar responder a sus motivaciones, necesidades, desafíos y preocupaciones.

Construye un perfil que te ayude a entender a la persona a la que le hablas con mayor profundidad. Aquí es cuando construyes un costumer persona, conocido también como un arquetipo o personaje ficticio que representa a la persona a la que dirigirás tu mensaje.

Es muy sencillo encontrar en Internet plantillas para definir tu costumer persona. Sin embargo, sugerimos la siguiente por Hubspot (en cuya página se pueden encontrar otros ejemplos para user persona y buyer persona):

Una vez que ya conoces a quién te vas a dirigir, busca entender sus motivaciones, necesidades, desafíos y preocupaciones.

4. Plantea un mensaje que resuene con tu público objetivo

A partir de las motivaciones, necesidades, desafíos y preocupaciones de tu público, puedes plantear un mensaje que les provea algún tipo de valor.

Apunta a motivar a tu audiencia, resolver un de sus necesidades, ayudarlos a superar un desafío o responder a una de sus preocupaciones con tus mensajes.

Es decir, ¡crea mensajes que cumplan una función!

Si bien tus contenidos tienen el objetivo de apoyar tu misión ambiental, estos también deben ofrecer algo de valor a tu audiencia, tus mensajes deben lograr una de estas tres funciones:

a. Entretener

b. Enseñar

c. Informar

Ahora, para generar un impacto a nivel ambiental, los mensajes no solo pueden tener una función para tu público. Para verdaderamente aportar a tus acciones ambientales, tus mensajes deben:

a. Generar consciencia

b. Modificar actitudes

c. Cambiar/generar comportamientos y acciones en tu audiencia.

Si no logra ninguna de estas, ¡replantea tus mensajes!

5. Elige los canales de comunicación adecuados

Uno de los errores más comunes en la comunicación ambiental es tratar de estar en todas partes sin una estrategia clara. No todos los canales son adecuados para todos los públicos, ni para todos los mensajes.

Elegir los canales correctos implica conocer a profundidad a tu audiencia (como vimos en el punto 3) y entender:

• En qué espacios digitales o físicos están presentes

• Cómo consumen información

• Qué formatos prefieren

• En qué momentos del día están más receptivos.

Por ejemplo, si tu audiencia son jóvenes de ciudad interesados en estilos de vida sostenibles, plataformas como Instagram, TikTok y YouTube podrían ser esenciales, especialmente con contenido en formato de video corto, dinámico y útil.

En cambio, si te diriges a tomadores de decisiones, aliados estratégicos o entidades académicas, puede que el canal más efectivo sea una campaña por email, un boletín digital o incluso webinars y presentaciones presenciales.

Aquí te compartimos una guía rápida de canales y su mejor uso en comunicación ambiental:

• Instagram y TikTok: para contenido visual, emocional y educativo de alto impacto, especialmente si es breve, útil y con narrativa.

• YouTube: ideal para documentales cortos, entrevistas, tutoriales y campañas audiovisuales con storytelling más profundo.

• Facebook: aún útil para llegar a públicos más amplios y comunidades locales, especialmente en países latinoamericanos.

• LinkedIn: para conectar con profesionales del sector, compartir logros institucionales, alianzas, publicaciones técnicas y convocatorias.

• Boletines y correos electrónicos: son claves para fidelizar, informar sobre avances de proyectos, movilizar donaciones o invitar a eventos.

• Medios tradicionales y comunitarios: son importantes cuando el público objetivo no es digital, como en zonas rurales o comunidades indígenas.

  
  

Recuerda: menos es más. No necesitas estar en todos los canales, sino en los más estratégicos para lograr tus objetivos. Asegúrate de adaptar tus mensajes y formatos a cada canal, manteniendo coherencia en el tono y estilo visual de tu organización.

Conclusión

En un mundo saturado de información, lograr que las causas ambientales conecten verdaderamente con las personas requiere mucho más que buenas intenciones: necesita estrategia, conocer a tu público a profundidad y mucha creatividad. Al definir objetivos claros, comprender las necesidades reales de tu audiencia, diseñar mensajes poderosos y elegir los canales adecuados, tu comunicación puede convertirse en una herramienta transformadora que no solo informa, sino que moviliza y genera un impacto. Porque cuando comunicas con propósito, tus acciones por el planeta dejan de pasar desapercibidas y comienzan a inspirar el cambio que el mundo necesita.